siglo de oro

 

  • Pero la ampliación de sus límites cupo a Casiano Pellicer, quien en 1804 lo extendió a Calderón y su escuela en su Tratado histórico sobre el origen y progreso de la comedia….
    En el siglo XIX la terminó de consagrar el hispanista estadounidense George Ticknor en su Historia de la literatura española; faltaba sin embargo incluir a Luis de Góngora y sus seguidores, de lo cual se encargaron a principios del siglo XX
    Alfonso Reyes y la Generación del 27.13 Helmut Hatzfeld dividió, por otra parte, el Siglo de Oro literario en cuatro épocas estéticas: renacimiento (1530-1580), manierismo (1570-1600), barroco (1600-1630) y barroquismo (1630-1670).

  • En la segunda mitad del siglo XVI la tendencia italiana y la autóctona castellana coexistieron y se desarrolló la ascética y la mística, alcanzándose cumbres como las que
    representan san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús y Luis de León, entre muchas otras que merecerían larga reseña; Ignacio de Loyola crea la Compañía de Jesús, que instruirá a grandes eruditos por toda Europa en todos los órdenes del conocimiento
    y además fomentará el estudio de las lenguas clásicas.

  • La novela picaresca tiene entre sus máximas creaciones, obras maestras como el anónimo Lazarillo de Tormes (1554), una sátira anticlerical y descarnada de las ínfulas de nobleza
    y el sentido de la honra de la clase alta; Vida del pícaro Guzmán de Alfarache (1599 y 1604) de Mateo Alemán, pesimista reflexión sobre el destino humano; la Vida del escudero Marcos de Obregón (1618) de Vicente Espinel, llena por el contrario
    de alegría de la vida; La vida del Buscón (1604-1620) de Francisco de Quevedo, una obra maestra del humor y del lenguaje conceptista, la anticlerical Segunda parte de la vida de Lazarillo (1620) del protestante Juan de Luna, y la obra de enigmática
    autoría Estebanillo González (1646), que ofrece una visión espléndida de la decadencia de España en el escenario europeo, y de la Guerra de los Treinta Años.

  • Al lenguaje claro y popular del siglo XVI, el castellano vivo, creador y en perpetua ebullición de Bernal Díaz del Castillo y Santa Teresa sucederá la lengua más oscura, enigmática
    y cortesana del Barroco.17 Y así resulta la paradoja de que la literatura española del Renacimiento de hace cinco siglos es más clara, legible y entendible que la literatura del Barroco de hace tan solo cuatro.

  • Junto a él, destacan sus discípulos Guillén de Castro, que prescinde del personaje cómico del gracioso y elabora grandes dramas caballerescos sobre el honor junto a comedias
    de infelicidad conyugal o tragedias en las que se trata el tiranicidio; Juan Ruiz de Alarcón, que aportó su gran sentido ético de crítica de los defectos sociales y una gran maestría en la caracterización de los personajes; Luis Vélez de Guevara,
    al que se le daban muy bien los grandes dramas históricos y de honor; Antonio Mira de Amescua, muy culto y fecundo en ideas filosóficas, y Tirso de Molina, maestro en el arte de complicar diabólicamente la trama y crear caracteres como el
    de Don Juan en El burlador de Sevilla y convidado de piedra.

  • La primera obra maestra fue sin duda La Celestina, pieza teatral irrepresentable y originalísima obra de un desconocido autor y de Fernando de Rojas, que, junto a sus continuaciones
    por parte de otros autores (el llamado género celestinesco) o sus imitaciones libres (entre ellas la portentosa La Lozana andaluza (1528), obra maestra de Francisco Delicado) marcó para siempre el Realismo en una parte esencial de la literatura
    española, cuya riqueza abona también ficciones caballerescas tan maravillosas y fantásticas como los libros de caballerías, menos leídos en la actualidad de lo que merecen, habida cuenta de que figuran entre sus piezas más destacadas novelas
    como Tirante el Blanco, escrita en valenciano, Amadís de Gaula o el Palmerín de Inglaterra; un autor característico del género fue Feliciano de Silva.

  • ), la novela picaresca (La vida de Lazarillo de Tormes, Guzmán de Alfarache, La vida del Buscón o Estebanillo González), o la proteica novela polifónica moderna (Don Quijote
    de la Mancha), que Cervantes definió como «escritura desatada».16 A esta vulgarización literaria corresponde una subsecuente vulgarización de los saberes humanísticos mediante los populares géneros de las misceláneas o silvas de varia lección,
    harto leídas y traducidas en toda Europa, y entre cuyos autores más importantes se encontraban Pedro Mejía, Luis Zapata o Antonio de Torquemada.

  • Las mocedades del Cid de Guillén de Castro, inspiración para el famoso «conflicto cornelliano» de Le Cid de Pierre Corneille; Reinar después de morir de Luis Vélez de Guevara,
    sobre el tema de Inés de Castro, que pasó con esta obra al drama europeo; La verdad sospechosa y Las paredes oyen, de Juan Ruiz de Alarcón, que atacan los vicios de la hipocresía y la maledicencia y sirvieron de inspiración para Molière y
    otros comediógrafos franceses; El esclavo del demonio de Antonio Mira de Amescua, sobre el tema de Fausto; La prudencia en la mujer, que explora el tema de la traición reiterada y donde aparece el recio carácter de la reina regente María de
    Molina, y El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina, sobre el tema del donjuán y la leyenda del convidado de piedra.

  • Denominación Es Hesíodo el que habla por primera vez de las cinco épocas o Edades del hombre en Los trabajos y los días: de oro, de plata, de bronce, heroica y la de hierro
    actual, cada vez más degradadas.2 El término, pues, Siglo de Oro, se concibió a semejanza de este mito para celebrar una época de excelencia en todos los órdenes.

  • En el Siglo de Oro el «monstruo de naturaleza»,20 como lo llamó Cervantes, fue Lope de Vega, también conocido como «el Fénix de los Ingenios», autor de más de cuatrocientas
    obras teatrales, así como de novelas, poemas épicos, narrativos y varias colecciones de poesía lírica profana, religiosa y humorística.

  • De Calderón destacan obras maestras como La vida es sueño, sobre los temas del libre albedrío y el destino; El príncipe constante, donde aparece una concepción existencial
    de la vida; las dos partes de La hija del aire, la gran tragedia de la ambición en la persona de la reina Semíramis; los grandes dramas de honor sobre personajes enloquecidos por los celos, como El mayor monstruo del mundo, El médico de su
    honra o El pintor de su deshonra.

  • Filosofía La filosofía del Siglo de Oro español abarca todo el pensamiento que va desde el primer humanismo hasta la instauración del racionalismo en el siglo XVIII, y su
    inmenso núcleo es la Escuela de Salamanca, desde Francisco de Vitoria hasta Francisco Suárez, que son sus genios mayores.

  • A esta tendencia anticlásica corresponde también la fórmula de la comedia nueva creada por Lope de Vega y divulgada a través de su Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo
    (1609): una explosión inigualable de creatividad dramática acompañó a Lope de Vega y sus discípulos (Juan Ruiz de Alarcón, Tirso de Molina, Guillén de Castro, Antonio Mira de Amescua, Luis Vélez de Guevara, Juan Pérez de Montalbán, entre otros),
    que quebrantaron como él las unidades aristotélicas de acción, tiempo y lugar.

  • En efecto, la lengua literaria del siglo XVII se enrarece con las estéticas del conceptismo y del culteranismo, cuyo fin era elevar lo noble sobre lo vulgar, intelectualizando
    el arte de la palabra; la literatura se transforma en una especie de escolástica, en un juego o un espectáculo cortesano, aunque las producciones moralizantes y por extremo ingeniosas de un Francisco de Quevedo y un Baltasar Gracián distorsionan
    la lengua, aportándole más flexibilidad expresiva y una nueva cantera de vocablos (cultismos).

  • España experimentó una gran ola de italianismo que invadió la literatura y las artes plásticas durante el siglo XVI, lo que constituye uno de los rasgos de identidad del Renacimiento:
    Garcilaso de la Vega, Juan Boscán y Diego Hurtado de Mendoza introdujeron el verso endecasílabo italiano y el estrofismo y los temas del petrarquismo; Boscán escribió el manifiesto de la nueva escuela en la Epístola a la duquesa de Soma y
    tradujo El cortesano de Baltasar de Castiglione, ideal del caballero renacentista, en perfecta prosa castellana.

  • En 1584, año de publicación de La Araucana, Francisco Hernández Blasco dio a luz otro extenso poema épico en estancias de asunto evangélico, la Universal redención, que tendría
    numerosas ediciones posteriores y notable éxito.19 Entre las figuras excepcionales de la lírica aparecen poetas tan interesantes como Francisco de Aldana, Andrés Fernández de Andrada, autor de la serena y meditativa Epístola moral a Fabio,
    los hermanos Bartolomé y Lupercio Leonardo de Argensola, Fernando de Herrera, Francisco de Medrano, Francisco de Rioja, Rodrigo Caro, Baltasar del Alcázar o Bernardo de Balbuena, quien en 1624 dará al mundo la segunda gran epopeya culta en
    español, El Bernardo o Victoria de Roncesvalles.

  • La novela sentimental se abre y se cierra en medio siglo con dos obras maestras: Cárcel de amor (1492) de Diego de San Pedro y Proceso de cartas de amores (1548), una novela
    epistolar de Juan de Segura (1548).

  • El Siglo de Oro no se enmarca en fechas concretas, aunque generalmente se considera que duró más de un siglo, entre 1492, año del fin de la Reconquista, el Descubrimiento
    de América, y la publicación de la Gramática castellana de Antonio de Nebrija, y el año 1659, en que España y Francia firmaron el Tratado de los Pirineos.

  • Conquistadores, misioneros y aventureros protagonizan, con sus arriesgadas expediciones y su sed de oro y de evangelización, «la más extraordinaria epopeya de la historia
    humana» según escribe el historiador Pierre Vilar.15 Sin embargo, y sobre todo a mediados del siglo XVI, son perseguidos o tienen que emigrar los erasmistas y los protestantes españoles, entre ellos los traductores de la Biblia al castellano,
    como Francisco de Enzinas, Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, además de los humanistas protestantes Juan Pérez de Pineda, Antonio del Corro o Juan de Luna, entre otros.

  • Entre sus discípulos tenemos las comedias clásicas de Agustín Moreto, como la comedia palatina El desdén, con el desdén, la de figurón El lindo don Diego y el drama religioso
    San Franco de Sena, que remite a El condenado por desconfiado de Tirso de Molina; Francisco de Rojas Zorrilla con la comedia de figurón Entre bobos anda el juego, el drama de honor Del rey abajo ninguno y la deliciosa y moderna comedia Abre
    el ojo.

  • De entre sus comedias destacan La dama duende, y cultivó asimismo dramas mitológicos como Céfalo y Procris, de los que él mismo sacó la comedia burlesca del mismo título;
    también, autos sacramentales como El gran teatro del mundo o El gran mercado del mundo que sugestionaron la imaginación de los románticos ingleses y alemanes.

  • Como postulado básico, no es concebible un estatuto para Siglo de Oro sin Escuela de Salamanca.12 Introducción A finales del siglo XVIII ya se había popularizado la expresión
    «Siglo de Oro» (creada en 1736, y que pronto prendió) que suscitaba la admiración de don Quijote en su famoso discurso sobre la Edad de Oro.

  • Junto a estas hay que hablar también de otras dos obras maestras del género de la novela morisca: la Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa (1565) y Ozmín y Daraja
    de Mateo Alemán (1599).

  • Otro género teatral importante, y a veces descuidado por la crítica, es el entremés, donde mejor y con más objetividad puede estudiarse la sociedad española durante el Siglo
    de Oro.

  • Posteriormente, durante el siglo XVII, la expresión literaria fue dominada por los movimientos estéticos del conceptismo y del culteranismo, expresado el primero en la poesía
    de Francisco de Quevedo, principalmente satírica, moral y filosófico-existencial, y el segundo en la lírica de Luis de Góngora (los Sonetos, la Fábula de Polifemo y Galatea y sobre todo sus Soledades).

  • La novela bizantina cuenta con ejemplos como El peregrino en su patria (1634) de Lope de Vega, quien realiza la hazaña de incluir todas sus aventuras en la Península, el Persiles
    (1617) de Cervantes o el León prodigioso (1634) de Cosme Gómez Tejada de los Reyes.

  • Retrato del jesuita Juan de Mariana, autor de De rege et regis institutione (1599), ensayo en el que defiende la legitimidad de una revolución o de la ejecución de un rey
    si actúa de forma tiránica y contraria al interés del pueblo, lo que la convirtió en una de las obras más escandalosas de la Europa del siglo XVII.

  • Según Juan Manuel Rozas, la denominación surgió en el discurso de ingreso en la RAE de Alonso Verdugo (1736), e Ignacio de Luzán la tomó para el tercer capítulo de su muy
    difundida Poética (1737); es más, la usó al año siguiente el erudito Gregorio Mayáns y Siscar en la dedicatoria de su Vida de Miguel de Cervantes Saavedra (1738), con lo que ya quedó autorizada para que la utilizase el crítico literario dieciochesco
    Luis José Velázquez, marqués de Valdeflores (1722-1772) en 1754 en su obra Orígenes de la poesía castellana,45 aunque para referirse exclusivamente al periodo comprendido entre los Reyes Católicos y la muerte de Felipe III, esto es, fines
    del XV, el siglo XVI entero y el XVII no más allá de 1621.67 Quedaban así excluidos Pedro Calderón de la Barca y otros importantes autores.

  • Posteriormente la definición se amplió, abarcando toda la época clásica o de apogeo de la cultura española, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo
    XVII.8 Para la historiografía y los teóricos modernos, pues, y ciñéndose a fechas concretas de acontecimientos clave, el Siglo de Oro abarca desde la publicación de la Gramática castellana de Nebrija en 1492 hasta la muerte de Calderón en
    1681.

  • El petrarquismo siguió siendo cultivado por autores como Fernando de Herrera, y un grupo de jóvenes nuevos autores comenzó a desarrollar un Romancero nuevo, a veces de tema
    morisco: Lope de Vega, quien desarrollará además un culto casticismo a través de sus diversos cancioneros (Rimas, Rimas sacras, La Circe, La Filomela, Rimas humanas y divinas…) Luis de Góngora y Miguel de Cervantes, entre otros; el mejor
    poema de épica culta en español fue compuesto en esta época por Alonso de Ercilla: La Araucana, que narra la conquista de Chile por los españoles.

  • Tuvo por discípulos e imitadores de estas cualidades a una serie de autores que refundieron obras anteriores de Lope o sus discípulos puliéndolas y perfeccionándolas: Agustín
    Moreto, maestro del diálogo y la comicidad cortesana; Francisco de Rojas Zorrilla, tan dotado para la tragedia como para la comedia; Antonio de Solís, también historiador y propietario de una prosa que ya es neoclásica, o Francisco Bances
    Candamo, teorizador sobre el drama, entre otros no menos importantes.

  • El último gran escritor del Siglo de Oro, Pedro Calderón de la Barca, murió en 1681, año también considerado como fin del Siglo de Oro español.

  • La prosa en el Siglo de Oro ostenta géneros y autores que han pasado a la historia de la literatura universal.

  • De Antonio de Solís, El amor al uso y Un bobo hace ciento; de Francisco Bances Candamo, las tragedias políticas El esclavo en grillos de oro y La piedra filosofal.

  • Retrato del escritor Francisco de Quevedo, máximo exponente del conceptismo, vestido como caballero de la Orden de Santiago.

  • El otro gran dramaturgo áureo en crear una escuela propia fue Calderón de la Barca; sus personajes son fríos razonadores y con frecuencia obsesivos; su versificación reduce
    conscientemente el repertorio métrico de Lope de Vega y también el número de escenas, porque las estructuras dramáticas están más cuidadas y tienden a la síntesis; se preocupa también más que Lope por los elementos escenográficos y refunde
    comedias anteriores, corrigiendo, suprimiendo, añadiendo y perfeccionando; es un maestro en el arte del razonamiento silogístico y utiliza un lenguaje abstracto, retórico y elaborado que sin embargo supone una vulgarización comprensible del
    culteranismo; destaca en especial en el auto sacramental, género alegórico que se avenía con sus cualidades y llevó a su perfección, y también en la comedia.

  • A fines del siglo XVI se desarrolla notablemente la mística de mano de Juan de la Cruz, Juan Bautista de la Concepción, Juan de Ávila o Teresa de Jesús; y la ascética, con
    autores como Luis de León y Luis de Granada, para entrar decaer en el siglo XVII tras una última corriente innovadora, el quietismo de Miguel de Molinos.

  • Para la geografía y cartografía el cosmógrafo Martín Cortés de Albacar descubrió la declinación magnética de la brújula y el polo norte magnético, que situó entonces —se mueve
    a lo largo de la historia— en Groenlandia, y desarrolló el nocturlabio; su discípulo Alonso de Santa Cruz inventaría la carta esférica o proyección cilíndrica.

  • Todos los autores dramáticos de Europa acudieron luego al teatro clásico español del Siglo de Oro en busca de argumentos, una rica almoneda y cantera de temas y estructuras
    modernas cuyo pulimento les ofrecerá obras de carácter clásico.

  • La escuela de Calderón18 proseguirá con este modelo, que continuarán y cerrarán definitivamente, a comienzos del siglo XVIII, José de Cañizares y Antonio de Zamora.

  • Pueden citarse como obras maestras representativas del teatro áureo español la Numancia de Miguel de Cervantes, un sobrio drama heroico nacional; de Lope, El caballero de
    Olmedo, drama poético al borde mismo de lo fantástico y lleno de resonancias celestinescas; Peribáñez y el Comendador de Ocaña, antecedente del drama rural español; El perro del hortelano, deliciosa comedia donde una mujer noble juguetea con
    las intenciones amorosas de su plebeyo secretario, La dama boba, donde el amor perfecciona a los seres que martiriza, y Fuenteovejuna, drama de honor colectivo, entre otras muchas piezas donde siempre hay alguna escena genial.

  • El Siglo de Oro español es un periodo histórico en que florecieron el pensamiento, el arte y las letras españolas, y que coincidió con el auge político y militar del Imperio
    español de la Casa de Trastámara y de la Casa de Austria.

  • La conquista de América dio lugar al género de las Crónicas, entre las que podemos encontrar algunas obras maestras, como las de Bartolomé de las Casas, el Inca Garcilaso
    de la Vega, Bernal Díaz del Castillo, Antonio de Herrera y Tordesillas y Antonio de Solís.

  • El lúcido Pedro Calderón de la Barca crea la fórmula del auto sacramental, que supone la vulgarización antipopular y esplendorosa de la teología, en deliberada antítesis con
    el entremés, que, sin embargo, todavía sigue teniendo curso; pues estos autores todavía son deudores y admiradores de los autores del siglo XVII, a los que imitan conscientemente, aunque para no repetirse refinan sus fórmulas y estilizan cortesanamente
    lo que otros ya crearon, de forma que se perfeccionan temas y fórmulas dramáticas ya usadas por otros autores anteriores.

  • Por otra parte, géneros dramáticos como el entremés y la novela cortesana introdujeron también la estética realista en los corrales de comedias, y aun la comedia de capa y
    espada tenía su representante popular en la figura del gracioso.

  • La prosa doctrinal, en ciernes ensayística, tiene por autores modélicos a Pero Mexía, Luis Zapata, Antonio de Guevara (Epístolas familiares, 1539, Relox de príncipes, 1539),
    Luis de León (De los nombres de Cristo), San Juan de la Cruz (Comentarios al Cántico espiritual y otros poemas), Francisco de Quevedo (Marco Bruto y Providencia de Dios) y Diego Saavedra Fajardo (República literaria y Corona gótica).

  • En enero de 1492 Castilla conquista Granada, con lo que finaliza la etapa política musulmana peninsular, aunque una minoría morisca habite más o menos tolerada hasta tiempos
    de Felipe III.

  • Algunos elementos de la galería encontrados aquí.

 

Works Cited

[‘1. «Siglo de Oro en España».
2. ↑ Cf. Hesíodo, Los trabajos y los días, vv. 106 – 202.
3. ↑ Juan Manuel Rozas, «Siglo de Oro: historia de un concepto, la acuñación del término», en Homenaje a Francisco Ynduráin, Madrid, 1984, pp. 411-428
4. ↑
Abad Nebot, Francisco (1986). «Sobre el concepto literario de “Siglo de Oro”: su origen y su crisis». Anuario de Estudios Filológicos, 9.
5. ↑ Véase también F.º Abad Nebot, “Materiales para la historia del concepto de “Siglo de Oro” en la literatura
española”, Analecta Malacitana: Revista de la Sección de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras, vol. 3, núm. 2, 1980, págs. 309-330.
6. ↑ Cf. José Francisco Ruiz Casanova, Manual de principios elementales para el estudio de la literatura
española. Madrid: Cátedra, 2013, pp. 172-173.
7. ↑ Velázquez de Velasco, 1754, pp. 66-67. En la página 131 llama también al siglo XVI «el buen siglo».
8. ↑ En cambio, para Velázquez (1754, p. 67):
La Poesía, que hasta entonces había seguido entre
nosotros los pasos de las demás Artes, y ciencias, empezó con ellas a decaer a la entrada del siglo decimoséptimo; contribuyendo a ello con su mal ejemplo los italianos, de quienes nosotros la habíamos antes aprendido.
Alude acto seguido negativamente
al «Caballero Marino» (Giambattista Marino) y al marinismo, como entonces se llamaba al modo de componer que hoy conocemos como «barroco».
9. ↑ «Teatro. El Siglo de Oro». turismoalmagro.com. Consultado el 20 de agosto de 2019.
10. ↑ Zorita Bayón,
2010.
11. ↑ ArteHistoria: La cultura del Siglo de Oro, Junta de Castilla y León.
12. ↑ Cf. Ferri Coll, J.Mª, “Un Siglo de Oro para la cultura española”, en Aullón de Haro, P. (ed.), Las Escuelas de Salamanca y Universalista, Recensión, 3, Nº Monográfico
(2019) [1]
13. ↑ J. F.º Ruiz Casanova, op. cit., p. 173.
14. ↑ J. F.º Ruiz Casanova, op. cit., p. 175.
15. ↑ Vilar, Pierre, Historia de España, Barcelona, Editorial Crítica, 1989 (27ª ed.), ISBN 84-7423-054-3, p. 53.
16. ↑ Quijote, I, 47:
«Porque la escritura desatada destos libros da lugar a que el autor pueda mostrarse épico, lírico, trágico, cómico, con todas aquellas partes que encierran en sí las dulcísimas y agradables ciencias de la poesía y de la oratoria». La expresión es
analizada, entre otros, por Javier Blasco, «La compartida responsabilidad de la “escritura desatada” del Quijote», Criticón , 46 (1989), pp. 41-62.
17. ↑ Escribía Juan de Valdés en su Diálogo de la lengua:
[…] el estilo que tengo me es natural,
y sin afectación ninguna escribo como hablo; solamente tengo cuidado de usar de vocablos que signifiquen bien lo que quiero decir, y lo digo cuanto más llanamente me es posible, porque a mi parecer en ninguna lengua está bien el afectación. Cuanto
al hacer diferencia en el alzar o abajar el estilo, según lo que escribo, o a quién escribo, guardo lo mismo que guardáis vosotros en el latín.
De lo que se hacía eco Garcilaso en la Égloga tercera cuando decía:
Aplica, pues, un rato los sentidos
al
bajo son de mi zampoña ruda, indigna de llegar a tus oídos, pues de ornamento y gracia va desnuda; mas a las veces son mejor oídos el puro ingenio y lengua casi muda, testigos limpios de ánimo inocente,
que la curiosidad del elocuente.
18. ↑ Francisco
de Rojas Zorrilla, Agustín Moreto, Antonio de Solís y Rivadeneyra, Juan Bautista Diamante, Agustín de Salazar, Álvaro Cubillo de Aragón y Francisco Bances Candamo, entre otros.
19. ↑ Blecua, Alberto. «La poesía española del siglo XVI después de
Garcilaso». 500 años de Garcilaso. Centro Virtual Cervantes. Consultado el 10 de marzo de 2017.
20. ↑ Así es denominado Lope de Vega por Cervantes en el prólogo de Ocho comedias y ocho entremeses nuevos. Texto consultado en la edición digital de
Rodolfo Schevill y Adolfo Bonilla, en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. www.cervantesvirtual.com
Photo credit: https://www.flickr.com/photos/harshlight/2960610406/’]